«Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor.»
Lucas 2:10-11
En esta Navidad tenemos el privilegio de celebrar todos juntos en familia, incluso mi hermana Ruth, misionera en España, está con nosotros. La Navidad es una época de alegría y celebración, aunque para muchos quizás sea un tiempo de nostalgia porque algunos ya no están con nosotros… Pero juntos reflexionemos que la Navidad es más que los regalos y las luces, es un recordatorio profundo de que Dios está con nosotros. En Lucas 2, el ángel anuncia a los pastores una noticia que cambiaría el curso de la historia: el nacimiento de Jesús, el Salvador. Y que también puede cambiar mi historia si lo acepto…
Este mensaje de «gran gozo» no era solo para los pastores, sino para todo el mundo. La llegada de Jesús significa que Dios no está distante ni indiferente a nuestras vidas y circunstancias por más difíciles que sean. Él vino a la tierra, se hizo hombre y vivió entre nosotros para mostrarnos su amor y ofrecer salvación, de nuestros propios errores, nuestros pecados, pero no solo eso, sino que nos ofrece que seamos parte de sus planes, de Su gobierno, de Su reino. Si, del Evangelio del reino de Dios, Y esto sí que es una buena noticia, porque el que gobierna es El.
En medio de las festividades navideñas, recordemos que la verdadera esencia de la Navidad es la Presencia de Dios con nosotros. Jesús es Emanuel, que significa «Dios con nosotros». Su nacimiento nos trae esperanza, paz y una alegría que trasciende cualquier circunstancia y por lo tanto la debemos compartir con otros.
Señor, gracias por el regalo de tu Hijo Jesús. Ayúdanos a recordar que la Navidad es más que celebraciones externas; es un tiempo para reconocer tu presencia en nuestras vidas. Que podamos experimentar el gozo y la paz que solo tú puedes dar.
Amén.
Mary y Daniel Diaz