“Y llamando a la gente y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.” Marcos 8:34
Con el tiempo, las palabras pueden perder su significado o transmitir algo diferente de lo que se quería decir al principio. Es importante que el objetivo sea formar discípulos para que imiten a Jesús en vez de intentar hacerlos a imagen del pastor. Desde una perspectiva bíblica, el discipulado se refiere al proceso activo de seguir a Jesucristo.
El experto en el Nuevo Testamento, Michael Wilkins, da esta definición: “El discipulado es vivir una vida humana en este mundo junto a Jesucristo y su comunidad, creciendo para parecerse más a Él y ayudando a otros a conocer y convertirse en Jesús”. Algunos han llamado a esta definición “discipulado de toda la vida”.
Ser discípulo de Jesús es más que un simple seguidor físicamente hablando. Es una invitación a cambiar tu vida. Es un proceso de convertirse, entregarse y dedicarse completamente a los principios que Dios nos dio en la vida en la tierra. La Biblia da instrucciones claras sobre lo que significa ser seguidor de Jesús. Este artículo analizará algunas bases bíblicas que nos ayudan a entender cómo vivir como seguidores.
Seguir a Jesús es un llamado profundo y radical
En los evangelios, Jesús le dice a la gente que lo siga, pero este llamado significa un gran cambio de vida. En el Evangelio de Mateo, Jesús dice: «Si alguno quiere ser mi discípulo, tome su cruz y sígame» (Mateo 16:24). Este versículo muestra que seguir a Jesús no es una cosa superficial ni un compromiso ocasional. Es un fuerte llamado a renunciar a nuestros propios deseos y comenzar a vivir una vida de obediencia a Dios.
Negarse a uno mismo significa dejar de lado los propios deseos, necesidades y metas y estar dispuesto a llevar la cruz, que en este caso significaba estar dispuesto a sufrir por el Reino de Dios. Hay que admitir que se sigue a Jesús sin ninguna duda es el primer paso para convertirse en discípulo.
Vivir en base a lo que se ha aprendido
Ser discípulo de Jesús significa aprender de Él y vivir según lo que Él enseñó. En el Evangelio de Juan, Jesús dice: “Si sois mis seguidores, estaréis siempre en mi palabra” (Juan 8:31). La Palabra de Jesús es el fundamento sobre el que se construye la vida del discípulo. No basta con admirar o escuchar sus enseñanzas; un verdadero discípulo es aquel que hace lo que Jesús le enseñó.
Por eso, el discípulo necesita estudiar la Biblia y usarla en su vida diaria. En Mateo 5–7, el Sermón del Monte es un claro ejemplo de cómo Jesús enseñó sobre el carácter, la ética y la vida en el reino de Dios. Ser discípulo significa vivir de acuerdo con las reglas del Reino y buscar la paz, la justicia y la misericordia en todo lo que hacemos.
Hacer lo que dicen que harán
En el Evangelio de Juan, Jesús establece un vínculo claro entre ser discípulo y seguir sus instrucciones. “Si me amáis, cuidad mis ataduras”, dice (Juan 14:15). Si obedeces a Jesús, no es solo cuestión de seguir las reglas; también es una muestra de amor por Él. Si tu corazón ha sido cambiado por el amor de Cristo, la obediencia es lo normal que debes hacer.
Bueno, esto no termina aquí, el próximo mes le daremos continuidad.
Daniel Diaz